Nicolás Poblete

Soy una persona que ama y respeta mucho la vida en todas sus formas. Padre de una hija que es de mis mayores incentivos para trabajar en la construcción de una sociedad sana y en equilibrio con el medioambiente. También soy sobreviviente de ASI y he tenido la experiencia de transformar y resignificar mi trauma a través del arte, herramienta que me parece fundamental no solo como terapia y canalización de nuestros dolores y alegrías, sino también como herramienta de congregación e invitación a un diálogo constructivo que permita un desarrollo social sano.

Perfil Profesional:

Actor de teatro cine y televisión, he dedicado mi vida profesional principalmente a la actuación. Oficio que me ha permitido estudiar y comprender las diversas complejidades del ser humano, ya sea en su mundo interno como en su interacción y forma de relacionarse con sus entornos sociopolíticos, culturales y territoriales. Este oficio me ha llevado a observar y analizar el mundo que habitamos, sus aspectos positivos y negativos y las distintas opciones que tenemos para hacer frente a las distintas situaciones que como sociedad vamos experimentando. También he dedicado muchos años a la investigación, difusión y práctica de nuestro folclor, en particular la cueca, lugar donde he encontrado un mapa poético de nuestra idiosincrasia.

¿Cómo vas a aportarle valor a los/las sobrevivientes?

Poniendo a disposición mi experiencia en el mundo de las artes escénicas como herramientas de perspectiva y guía de los procesos de resignificación para que cada sobreviviente en particular pueda potenciar y sacar el mejor provecho de sus propias aptitudes para lograr desarrollar el mejor proceso posible para la materialización de su obra.

Mi invitación es a trabajar desde el amor y la contención, para poder desbordar en el arte aquello que guardan nuestros cuerpos, aquello que está inscrito en nuestra memoria, en nuestros sentimientos, en lo intangible. Vamos a materializar y movilizar el dolor transformado, transmutado y resignificado, en una pieza artística que logre sanar de algún modo, eso que pareciera agobiarnos y paralizarnos. Quiero invitarlos a transformar las penas y dolores, en flores y expresiones estéticas que permitan al sobreviviente y al público de la obra, entender desde el lugar concreto del arte, un poco más lo que a muchos nos ha tocado vivir, sentir y cargar.