Entendemos que la experiencia del abuso sexual infantil cala muy profundo en quienes la hemos vivido y los fantasmas que evoca nos acompañan siempre. Aprendemos a convivir con nuestro fantasma, nuestro trauma. Hay días en que no lo notamos tanto, otros en los que se hace presente en dimensiones que no imaginábamos y nos consume. Es una realidad que aceptamos y nos obligamos a seguir con nuestras vidas.
Tendemos a relacionarnos con nuestro fantasma desde el dolor, la rabia, la impotencia, la angustia y muchas otras emociones que nos pesan.
El programa de resignificación nos ofrece una oportunidad para vincularnos con nuestro trauma desde un lugar de esperanza. El ejercicio se enfoca en tomar el horror de esta experiencia avanzar hacia la transmutación impactando nuestro entorno de la manera que, a ti como sobreviviente te haga más sentido;
Prevención. - Visibilización. - Acompañamiento.
De este modo, comenzamos a relacionarnos con nuestro fantasma de una manera distinta y eso nos permite ver y vivir el mundo con más confianza y esperanza. ¿Cómo? Te invitamos a conocer nuestro programa.
Orientado a mayores de 18 años con procesos terapéuticos previos
